sábado, 23 de abril de 2011

LO IMPORTANTE EN LA VIDA

¿Qué es? ¡Acertasteis!: "Sentirnos felices el mayor número posible de veces". Serlo continuadamente sería contradictorio con los propios altibajos que necesita la felicidad para producirse. (De ahí que el cielo esté en entredicho a la hora de ser contemplado como paradigma de felicidad, por lo menos desde el punto de vista humano)
Pero ¿de qué depende esa felicidad y cuáles son nuestras exigéncias sobre ella?
A veces se dice que con pocas cosas se puede ser feliz o que es más feliz aquel que no necesita demasiado, o aquel que tiene buen conformar, que no es demasiado ambicioso,...
Yo opino que la felicidad en cualquier caso no es nada gratuito ni casual, sino que se gana con esfuerzo, con determinados planteamientos incluso ambiciosos, que nos permiten alcanzar el equilibrio entre lo que se desea y lo que se puede conseguir, de manera que hay que buscar el placer y la satisfacción en los logros pequeños y además personales, es decir, aquellos que conseguimos a partir de proyectos en los que somos los principales implicados y que no dependen tanto de la buena voluntad de los demás, sino de la nuestra.
Estamos acostumbrados a decir que tal o cual persona es el culpable de nuestra infelicidad y lo que deberíamos hacer es observar si somos nosotros los que nos fallamos a nosotros mismos y cómo debemos observar lo que nos rodea y bajo qué punto de vista.
Es bueno, por eso, ser lo suficientemente egoistas para proyectar y luego conseguir lo que proyectamos, incluso contando con la opinión contraria de los demás.
El sacrificarnos por los otros incondicionalmente, lejos de ser algo que nos una y nos haga ganar su aprecio, nos convierte, a menudo, en personas insatisfechas y frustradas.
Por lo tanto se impone el acuerdo, el entendimiento, la comprensión hacia aquellos con los que convivimos, además de un egoismo sano, con el cual satisfagamos las aspiraciones que se producen en el día a día, que después revertirán positivamente, no solamente en nosotros, sino en ellos.
En la búsqueda de nuestra felicidad, debieran estar sólo como obstáculo, los acontecimientos, las casualidades, las fatalidades, algo así como la moira griega, pero no las personas.
Por eso creo que el objetivo siguiente al primer paso de este egoismo sano, sería saber cómo poder alcanzar esa independencia anímica de la doxa ajena, para alcanzar esa felicidad personal en cantidad suficiente para afrontar esta realidad por la que ambulamos.

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